Forquera, J.C.; Reyes, M. F.; Gonzalez, D.A.
Abstract:
El clima terrestre es controlado mayormente por flujos de energía, agua y temporalidades que se establecen entre el mar y la atmósfera. La influencia del fenómeno macro-climático del “Niño-Niña” en América del Sur es citada como un factor de gran impacto a escala planetaria. Las anomalías de la Temperatura Superficial del Mar (TSM) pueden ser detectadas por el “Indice Oceánico Niño” (ONI, 3,4 región 5oN-5oS, 120o-170oO, 1950- actualidad) obtenidos en NOAA-USA (1998). La correspondencia entre los elementos climáticos y la TSM ya se había detectado en siete localidades de Nor-Patagonia en Argentina. Si bien es sabido que la temperatura del aire es un elemento climático de importancia en el proceso metabólico y fisiológico de las especies frutales, aún no se había
relacionado esta correspondencia con la fenología de los frutales de pepita, siendo la principal producción agrícola de la región del Alto Valle de Río Negro y Neuquén (Argentina). No obstante, anticipar la fecha de inicio del ciclo fenológico de los frutales de pepita en la región permitiría delinear un cronograma de labores culturales más eficiente e incluso mejorar el manejo del cultivo. En este trabajo, relacionamos las series de NOAA-USA con registros fenológicos de variedades de perales y manzanos obtenidos en el campo
experimental de la Facultad de Ciencias Agrarias-UNCo, en un periodo de 24 años (1980- 2003). Más del 50% (r 2 ≥ 0,50) de la variabilidad de las fechas de plena floración (escala regional) estuvo explicada por las anomalías de la TSM (escala global). Las altas TSM de mayo determinaron un adelanto de la plena floración con respecto a la media (1980-2003).
La variable macro-climática TSM podría ser usada como una herramienta predictiva de este fenómeno local. En este sentido, variaciones en el clima a nivel global repercutirían en el nivel regional afectando, en este caso, la fecha de plena floración de los cultivos, con impacto sobre su fructificación y cosecha.