Resumen:
Este trabajo intenta problematizar el concepto tradicional de danza,
sacándola del ámbito de certezas y seguridades que ha representado el
espacio cerrado del edificio teatral en la historia, para exponerla a la
incertidumbre del espacio público, donde hoy también se expresa. Espacio
abierto, cotidiano e imprevisto que ofrece la calle como contexto, dentro de lo
que se conoce como arte urbano. Reflexionar acerca de este fenómeno
diferente, de experimentación estética de comunicación como son las
intervenciones, donde el público deja de ser aquel que deliberadamente
concurre a un lugar establecido, pautado según los hábitos del evento artístico; los bailarines y coreógrafos abandonan la seguridad técnica y escénica del teatro y la obra se convierte en un acto fugaz en un entorno cargado de historia emociones y sensaciones, abriendo la posibilidad de nuevas lecturas de lo social, lo comunicacional, lo político y cultural que la atraviesa.