Abstract:
Cada día es más fuerte el interés por la alimentación sana, el acercamiento a la vida natural y la mejora de nuestro entorno vía la forestación de áreas urbanas o rurales contribuyendo así con la recuperación de nuestro medio ambiente.
La huerta doméstica nos permite obtener hortalizas orgánicas en la casa para consumo directo evitando transporte, la manipulación y la contaminación. También nos permite producir plántulas a través de la siembra o reproducción por esquejes, para luego establecer huertos, jardines o realizar reforestaciones.
Existen instituciones estatales que respaldan este desarrollo a través de programas específicos, así como numerosos entornos educativos que brindan una enseñanza de alta calidad y difusión de las técnicas aplicables. Todo este apoyo es importante y debe ser muy considerado, pero no es suficiente, y este modesto trabajo pretende ser una contribución adicional. (01 INTA Díaz D, 2008) (02 INTA Marochi J, 2010) (Manual del Vivero, 2017)
En términos prácticos, una estructura que proteja las plantas y las resguarde del clima exterior para favorecer su crecimiento puede parecer fácil de construir. Todo funciona bien hasta que, en un hermoso día soleado, descuidamos, por ejemplo, la ventilación y el espacio interior cerrado se vuelve perjudicial para las plantas, lo que resulta en la pérdida de todo el trabajo realizado durante meses. ¿Qué salió mal? Simplemente, como seres humanos imperfectos, tenemos dificultades para mantener la atención constante a lo largo de un período prolongado sin cometer errores. De ahí la importancia de automatizar aspectos vitales y así asegurar la supervivencia.
En resumen, es necesario dotar a nuestro invernáculo de un cierto nivel de inteligencia para manejar parámetros vitales como: el riego adecuado para evitar la deshidratación o el ahogamiento por exceso de agua, la temperatura y la humedad escasas o excesivas para evitar sobrepasar límites tolerables, entre otros.
Este control de los parámetros vitales debe mantenerse de manera constante y sin excepciones a lo largo de todo el año.
El objetivo aquí es construir una estructura confiable y sólida para uso doméstico o profesional, a pequeña o mediana escala, adaptada a las condiciones climáticas esperadas en la Patagonia Argentina.
Se incluye una breve introducción al tema de los invernaderos de tamaño reducido, comúnmente conocidos como invernáculos, ya en la sección 2 se definen las pautas constructivas y en la sección 3, se presenta un pre proyecto con el proceso de selección de los materiales considerados óptimos.
En la sección 4, se realiza el proyecto final seleccionando los elementos estructurales y los sistemas adecuados para equipar el invernáculo, en la 5 se trata el problema de fondo, el manejo constante de los parámetros vitales, manteniendo la sanidad dentro del ambiente protegido, junto con los ajustes
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recomendables para lograr el crecimiento óptimo. Se proponen tres niveles de manejo con creciente automatización, que implican una mayor complejidad en el control ambiental de los parámetros vitales. Estos niveles se definen en función de la capacidad de atención in situ disponible para el invernáculo.