Abstract:
El gran incremento poblacional sufrido por la ciudad de Ushuaia en las últimas
décadas y la escasa planificación acompañante trajo aparejado, entre otras cosas, que gran
número de hogares no estén conectados a la red cloacal. Esto favoreció el vertido de desechos
urbanos que, por escurrimiento directo o a través de arroyos y chorrillos, finalmente
descargan en la zona costera de la bahía Ushuaia. A ello se suma la actividad industrial que
durante varios años descartó sus desechos en esa Bahía sin tratamiento previo alguno y los
potenciales efectos de la creciente actividad portuaria. El objetivo de este trabajo fue evaluar
la respuesta de los biomarcadores: superóxido dismutasa, catalasa, glutatión-S-transferasa y
peroxidación lipídica, en el mejillón Mytilus edulis chilensis transplantado desde la bahía
Brown a la bahía Ushuaia y poder relacionar esa respuesta con parámetros ambientales, con la
finalidad de evaluar el potencial uso de los biomarcadores seleccionados en dicha área de
estudio.
El análisis de la calidad de agua evidenció que el sitio denominado club Náutico
mostró características propias de un ambiente eutroficado, producto del fuerte impacto
antrópico por el agua proveniente de la bahía Encerrada y del pluvial que descarga en ese
punto costero. Allí se registraron las máximas concentraciones de amonio (4947 μM), nitrato
(240 μM), silicato (89 μM), fosfato (48 μM) y materia orgánica particulada (2266 mg C/m 3 ).
Sin embargo, el oxígeno disuelto se mantuvo cercano al nivel de saturación (8,6 - 11,8 mg/L),
probablemente debido a la mezcla que producen los intensos vientos en la columna de agua y
a la relación inversa con las bajas temperaturas reinantes que retrasan el desarrollo de los
descomponedores. En menor medida, la zona industrial fue afectada por el arroyo Grande y
algunos pluviales que descargan allí; ya que se encontraron valores mínimos de salinidad (24
g/L) y altos valores de amonio (565 μM), nitrato (238 μM), silicato (17 μM) y materia
orgánica particulada (1573 mg C/m 3 ).
Bahía Brown presentó las mayores concentraciones de Cu (36 - 101 μg/g peso seco),
Zn (106 - 198 μg/g peso seco) y Fe (25 - 30 mg/g peso seco) en la fracción fina (<62 μm) del
sedimento; sin embargo, los mejillones de bahía Brown no presentaron las mayores
concentraciones de esos metales en sus tejidos. Esas altas concentraciones de metales
encontradas en el sedimento serían de origen natural ya que sólo hay actividad de maricultura
en esa región. Dentro de bahía Ushuaia, las máximas concentraciones de esos tres metales se
acumularon en los tejidos de los mejillones transplantados a club Náutico, planta Orión y
zona industrial. El Cu y el Fe se acumularon preferencialmente en la glándula digestiva, el Zn se acumuló mayormente en la branquia, mientras que el Cd y el Pb no mostraron un órgano
blanco de acumulación. Resultó notorio en verano de 2007, que las máximas acumulaciones
de Cd se registraron en bahía Brown y caleta Aspirante. En invierno de 2006, las máximas
concentraciones de Cd se midieron en península Ushuaia. Estos tres últimos sitios fueron
considerados de bajo impacto antrópico.
Las enzimas catalasa y la glutatión-S-transferasa mostraron niveles de actividad
diferente según el órgano estudiado, encontrándose mayor actividad de catalasa en la glándula
digestiva y mayor actividad de glutatión-S-transferasa en la branquia. Variaciones
estacionales se registraron en las actividades de las tres enzimas antioxidantes estudiadas.
Las correlaciones positivas halladas entre los biomarcadores enzimáticos demostraron
que el sistema antioxidante se activa de manera conjunta en el mejillón M. edulis chilensis. En
los experimentos de invierno se halló que el oxígeno disuelto estimuló la actividad de los
biomarcadores mientras que los metales la inhibieron. En los experimentos de verano sólo la
actividad de glutatión-S-transferasa se asoció con el pH y el oxígeno disuelto, mientras que la
actividad de los biomarcadores restantes no pudo ser asociada a ninguno de los parámetros
físicos o químicos medidos en este trabajo. También en verano se encontró una correlación
negativa entre los metales pesados y el índice de condición, parámetro que refleja la salud de
los mejillones.
Las interacciones entre los contaminantes, los factores pro-oxidantes, las respuestas
antioxidantes y los daños ocasionados son muy complejas, a menudo muy difíciles de
predecir y potencialmente influenciadas por numerosos factores biológicos y ambientales
como lo demostró el análisis de componentes principales, ya que cuatro componentes
explicaron poco más del 60 % de la variación total. Por ello es tan importante en los estudios
de biomonitoreo tener en consideración las variaciones biológicas intrínsecas y las
variaciones naturales de las respuestas bioquímicas a los cambios ambientales para poder
realizar una correcta interpretación de la información obtenida en los monitoreos relacionados
a la contaminación acuática.
Considerando las correlaciones negativas encontradas, se puede concluir que las
actividades de catalasa y glutatión-S-transferasa, en la branquia y la glándula digestiva de los
mejillones, así como la peroxidación lipídica en la branquia, han permitido observar un
impacto incipiente en la bahía Ushuaia, especialmente en relación a los metales pesados, en
invierno. La peroxidación lipídica en la glándula digestiva mostró correlación positiva con los
niveles de fosfato y amonio, relacionados éstos con la calidad del agua de la Bahía. Teniendo en cuenta estos resultados, se aconseja un mayor control de los vertidos que
se realizan sobre la zona costera de la bahía Ushuaia por parte de las autoridades de aplicación
de los controles ambientales, para preservar no sólo la calidad del agua y del sedimento sino
también la fauna y flora que allí se desarrolla.