Ferreiro, Nicolas; Gonzalez Polo, Marina; Satti, Patricia Silvia; Mazzarino, María Julia
Resumen:
Las erupciones volcánicas son un disturbio periódico que afecta los suelos de la Patagonia. La erupción del Complejo Volcánico Puyehue-Cordón Caulle de 2011 impactó de forma contrastante sobre el bosque de la cordillera andina y la estepa patagónica. En el bosque, los suelos fueron enterrados por una gruesa capa de tefra tamaño arena que limitó la revegetación por herbáceas, especialmente en sitios drásticamente disturbados. En la estepa y los mallines patagónicos, los suelos recibieron una fina capa de tefra que promovió en los sitios más áridos un efecto “mulching”, favoreciendo la retención de humedad. En menos de seis meses, esta capa de tefra fue redistribuida y/o incorporada
a los suelos de estepas y mallines. Sin embargo, la gruesa capa de tefra depositada en los bosques andinos persiste luego de seis años de la erupción. Actualmente, la misma se encuentra cubierta por un horizonte orgánico incipiente que promovería la evolución de estos jóvenes depósitos volcánicos hacia un suelo de tipo Andisol. Son necesarios más estudios para dilucidar los efectos que tendría la tefra sobre la fertilidad del suelo, ya que por su bajo contenido de nutrientes disponibles promovería un descenso en el contenido de nutrientes de los suelos de estepa por un efecto de dilución. A su vez,
las gruesas capas de material volcánico depositado en la cordillera promoverían el enriquecimiento de los suelos de manera indirecta, por la descomposición de la materia orgánica de los organismos muertos durante la erupción.