Abstract:
Una vez que el Estado argentino conquistó la Patagonia, no tardó en surgir un discurso anti-centralista originado en las penurias que experimentaban los habitantes de estos territorios australes, a quienes les era negada, además, la plena ciudadanía. Respecto del centro dominante ubicado en la ciudad-puerto de Buenos Aires, la Patagonia se vio a sí misma como un enclave insular, como una colonia interna, continuamente expoliada y eternamente postergada. En este contexto,surgieron narrativas que pretendieron a la vez cuestionar y superar esta relación de dominio. Por un lado, el sueño de la secesión (salida utópica de corte libertarista), expresado minuciosamente en el cuento “Cuando Argentina perdió la Patagonia”, de Salvador San Martín, publicado en 1984. Por otro, la idea de que la propia dinámica del enclave hidrocarburífero, integrado a un mercado capitalista mundial sin regulaciones, acabaría devastando y fragmentando el territorio, en una suerte de pesadilla post-apocalíptica (salida distópica),signada por el agotamiento de los recursos naturales y la extinción de las identidades regionales, que se observa en la previsión tecnocrática escrita por Ramón Martínez Guarino.