Abstract:
A nivel internacional, paralelo a la declinación y al colapso de pesquerías de gran escala, surgió un interés creciente por el estudio de las interacciones entre mamíferos marinos y pesquerías. En la mayoría de los ecosistemas marinos, los mamíferos al igual que algunas especies de peces y aves, son considerados predadores tope, con el potencial para el desarrollo de una competencia consuntiva con la pesca por los recursos disponibles. Los estudios dirigidos a evaluar competencia son difíciles de abordar debido a que se requiere conocer los parámetros biológicos y poblacionales tanto de las presas como de los predadores y disponer de series temporales de datos sobre la actividad pesquera. Consecuentemente, hasta que se disponga de información suficiente para desarrollar modelos más adecuados, el estudio del solapamiento trófico entre los mamíferos marinos y las pesquerías provee una buena aproximación del potencial grado de competencia entre ambos.
En el Golfo San Matías, desde principios de la década de 1970, se desarrolla una pesquería dirigida al complejo de especies demersales y demersal-pelágicas. De acuerdo a las propiedades oceanográficas y biológicas del golfo, varios estudios han demostrado que algunas de las especies que allí habitan forman unidades demográficas diferentes de las existentes en la Plataforma Continental Argentina, como es el caso de la merluza Merluccius hubbsi. Esta condición de sistema semi-cerrado podría generar escenarios particulares para la interacción entre las flotas pesqueras y los mamíferos marinos. En el marco planteado, se propuso como hipótesis de trabajo la existencia de una potencial competencia por los recursos entre los mamíferos marinos y la pesquería de especies demersales del Golfo San Matías. A partir de esta hipótesis, el objetivo general de la tesis consistió en la identificación y evaluación de potenciales interacciones competitivas, a partir de un análisis de solapamiento trófico, entre las principales especies de mamíferos marinos (delfín común Delphinus delphis, delfín oscuro Lagenorhynchus obscurus y lobo marino de un pelo Otaria flavescens) y las flotas pesqueras (flotas de arrastre, palangre y potera) que operan sobre el conjunto multiespecífico demersal, como base para el desarrollo posterior de modelos trofodinámicos.
La dieta del lobo marino de un pelo estuvo caracterizada por el aporte de 24 especies presa, siendo los peces el grupo dominante. La merluza fue la presa más importante, seguida por la raneya Raneya brasiliensis y el savorín Seriolella porosa. El lobo marino de un pelo fue identificado como un predador generalista, con relativamente pocos ítems presa dominantes. Asimismo se lo puede considerar un predador de hábitos mixtos, ya que se alimentó tanto de presas asociadas a la columna de agua como al fondo, y utilizaría los recursos de acuerdo a su disponibilidad en el ambiente. No obstante, en el caso particular de la merluza se planteó la hipótesis sobre un posible subsidio de la pesca de arrastre hacia los lobos, mediante un aumento de la disponibilidad de tallas juveniles de merluza a través del descarte y la reducción del canibalismo por remoción de las tallas adultas.
El delfín común y el delfín oscuro basaron su dieta casi exclusivamente en anchoíta Engraulis anchoita, representando más del 80% del total consumido. El calamarete sudamericano Loligo sanpaulensis fue otro componente importante en la dieta. En Patagonia norte, ambas especies de delfines mostraron una estrategia de alimentación mixta. Es posible que estén predando según la disponibilidad de las presas, pero con un cierto grado de selección de acuerdo al comportamiento social de las presas, prefiriendo cardúmenes de especies de pequeño tamaño. Las semejanzas en la composición de la dieta, especies presas y distribución espacial entre el delfín común y el delfín oscuro podrían indicar un alto grado de competencia por los recursos. Sin embargo, si la disponibilidad de alimento es lo suficientemente grande, como parece ocurrir en el ecosistema de Patagonia norte, ambas especies podrían coexistir en el área de simpatría sin desarrollar una competencia consuntiva.
El análisis retrospectivo a largo plazo de la pesquería de arrastre de fondo identificó que las fluctuaciones históricas en la composición de los desembarcos habrían respondido a las variaciones en las condiciones macroeconómicas del país, en la demanda y en los precios de los mercados, y a la capacidad de las empresas para hacer frente a estas situaciones. Por el contrario, la disponibilidad de los recursos no habría sido una limitante para el desarrollo del sistema productivo pesquero. A corto plazo, se encontró que las fluctuaciones estacionales en la composición específica de los desembarcos estarían reguladas por los procesos oceanográficos y biológicos que tienen lugar en el golfo.
Debido a que la merluza fue la principal especie consumida por el lobo marino de un pelo y la especie blanco de las flotas de arrastre y palangre, en el contexto de la tesis se realizó la primera evaluación global de la biomasa descartada de esta especie por parte de la flota de arrastre que opera en el golfo. Las evidencias indican que el descarte de merluza mostró una tendencia creciente durante la última década, con la posibilidad que sea aprovechado parcialmente por el lobo marino de un pelo para cubrir parte de sus requerimientos energéticos.
En las capturas de la flota de arrastre se identificaron 35 grupos de especies. La merluza representó el 72% en número del total de individuos. Esta especie sumada a los restantes grupos con importancia comercial, constituyeron el 90,5% de la captura. De esta forma, la pesquería de arrastre estaría relativamente ajustada a su objetivo. La correspondencia en la estacionalidad de los desembarcos y de las capturas indicaría que la actividad pesquera utiliza los recursos de acuerdo a su disponibilidad en el ambiente. Según la biología de las especies capturadas por la red de arrastre de fondo, en su mayoría corresponden a organismos de lento crecimiento y marcada longevidad, con una estrategia reproductiva compleja. La flota pesquera podría considerarse equivalente a un predador apical del sistema.
La merluza también fue la principal especie desembarcada por la flota de palangre, representando entre un 88% y 93% de la captura total. Las tallas capturadas fueron significativamente más grandes que las capturadas por la flota de arrastre, sinónimo de una mayor selectividad del arte de pesca. La estacionalidad en las capturas de la flota palangrera siguió un patrón similar al observado en las capturas y desembarcos de la flota de arrastre, aunque en este caso no hubo una temporada de pesca dirigida específicamente a la captura de savorín.
La flota potera dirige su actividad exclusivamente a la captura de calamar Illex argentinus. En 2003, la distribución de tallas de calamar se ubicó en el rango de 23 a 30 cm. A pesar que esta pesquería no operó en los años subsiguientes, comparando las tallas de calamar consumidas por los mamíferos marinos y las capturadas por la flota potera existe el potencial para una interacción entre ambos componentes.
El análisis de solapamiento trófico arrojó un valor bajo para la interacción entre la flota de arrastre y los predadores tope estudiados. Al mismo tiempo, la comparación de las tallas de las presas consumidas por los mamíferos marinos y las capturadas por las flotas pesqueras, indicó diferencias en los valores medios. Considerando lo expuesto y en el marco de la hipótesis planteada, se concluyó que la posibilidad de una interacción competitiva entre las flotas pesqueras y los mamíferos marinos, a partir de la utilización de recursos similares, sería baja para el ecosistema del Golfo San Matías.