Resumen:
Hace pocos días un grupo de epidemiólogos italianos compartía una comunicación donde sostenían que para esta pandemia la posibilidad de sobrevida de aquellos que se infecten con el SARSCoV-2 es mayor que para quienes debieron soportar la nueva enfermedad hace cuatro o cinco meses. La razón estriba en el hecho de que hoy sabemos algo más de esta enfermedad aunque el apotegma que habría pronunciado el filósofo griego Sócrates cuatro siglos A.C. en aquello de que “solo sé que no sé nada”sigue vigente como una muestra de necesaria humildad ante la incertidumbre.
Es cierto que el incesante avance de la investigación aplicada al diagnóstico y tratamiento de la Covid-19 ha permitido contar con elementos claves para intervenir en forma más oportuna y eficaz para reducir la letalidad por esta causa. Es así como ahora sabemos que conviene monitorizar de cerca el nivel de oxígeno en la sangre para empezar a corregirlo bastante antes de que la persona presente disnea, pero que no alcanza solo con administra roxígenoa los pacientes con dificultad respiratoria, sino que además hay que indicar lesanticoagulantes para evitar el tromboembolismo pulmonar.