Abstract:
Diferentes organismos oficiales de salud han solicitado a la población que no presenta síntomas de COVID-19 el NO uso de mascarillas(N95) ni barbijos quirúrgicos médicos. La principal razón de esta solicitud es evitar el desabastecimiento de estos insumospara el personal médico, quien está expuesto a un riesgo muy alto de infección (ver Feng et al. 2020). Sin embargo, a medida que el mundo adquiere experiencia con este nuevo virus, se revisan constantemente las políticas de salud a la luz de nueva información. Por ejemplo, el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) así como el Centro de Control de Enfermedades España han comenzado a recomendar el uso de máscaras caseras a toda la población. Hasta el momento la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo desaconseja, argumentando la falta de evidencia científica que avale el uso de esas y otras medidas de barrera física similares para frenar el contagio de este virus. Sin embargo, hay evidencia de que las máscaras pueden reducir la propagación de este virus y de otras enfermedades similares (influenza A, B, SARS, entre otras). Por otra parte, las personas infectadas con COVID-19 pueden contagiar el virus incluso antes de presentar síntomas, con lo cual el uso de máscaras para toda la poblaciónpodría ser una medida necesaria. Es necesario destacar, que en la actualidad ya hay diferentes países que han implementado esta medida, y se ha generado un gran debate a nivel mundial al respecto. A pesar de que en Argentina también se desaconseja el uso de máscaras en la población, circula mucha información contradictoria en los medios y las redes que confunde a la gente y podría tener efectos contraproducentes llevando a la compra masiva de barbijos quirúrgicos por parte de la población. Por esta razón, aquí hemos recopilado información científica existente hasta el momento, así como la opinión de expertos epidemiólogos, sobre los posibles efectos a nivel poblacional e individual del uso de máscaras de tela caseras.