Resumen:
En la vasta bibliografía dedicada a los asuntos educativos, se puede hallar numerosos y diversos estudios abocados a desentramar aquello que hace “buenas” a las prácticas de enseñanza. Desde el nivel inicial hasta el nivel superior, autorxs ubicados en diferentes perspectivas teóricas, se han interesado en caracterizar modalidades, o identificar componentes, de lo que sería una “buena” enseñanza. Muchas veces se observa que el calificativo decanta directamente en la persona que se ocupa de este oficio milenario, y se habla de “buenxs profesorxs”, “buenxs maestrxs” y “buenxs docentes”. Algunxs autorxs, optan por variantes como: “mejores”, “memorables” o “significativxs”. Lo que parece estar bajo la lupa en todos los casos, es la intensión de dar con aquellas cualidades que inviste a la persona (o la práctica que esta realiza, según dónde se ponga el foco) que enseña.
A continuación, ofreceremos algunas problematizaciones en torno a la utilización del adjetivo “bueno/a” para referirse a la tarea de enseñar. Luego, compartiremos desarrollos investigativos y aportes teóricos sobre el tema, para dar espesor conceptual a la noción de “buenas prácticas de enseñanza”. Por último, y también con la colaboración de ciertos autores, propondremos algunas reflexiones que aproximen otros sentidos a esta noción.