Abstract:
Más allá de la rigurosidad metodológica que requiere la investigación en ciencia para obtener resultados valederos, hay variables que no se incluyen en los papers pero son parte importante y, a veces, determinante, en el proceso de construcción del conocimiento. La intuición, la suerte, los vínculos entre las personas, el estilo de cada equipo de trabajo, los modelos de colaboración entre pares, los obstáculos, la influencia de actores comunitarios y políticos, son ingredientes que pueden jugar papeles esenciales detrás de las producciones científicas. “Hantavirus Andes, perfil de un asesino” es un relato nacido en 2019 para ser presentado como trabajo final de la carrera de Divulgación Científica, Tecnológica y de Innovación de la Universidad Nacional de Río Negro. Con más de cuarenta años de ejercicio como médica, la mayor parte de ellos dedicados a las enfermedades infecciosas, había decidido incursionar en este postgrado para ampliar la mirada sobre un terreno compartido por tantas disciplinas, como es el de la comunicación pública de la ciencia. La razón de escribir una narración sobre la historia de la emergencia del virus Andes en la región surandina fue intentar conducir al lector a través de los acontecimientos que acompañaron la construcción del conocimiento sobre este virus endémico. El ser partícipe, desde mi lugar de trabajo en el Hospital Zonal Bariloche, de los hechos y anécdotas que aquí se narran, determinó la elección del formato autobiográfico, pactando con el lector mi compromiso de veracidad y el componente subjetivo tácitamente advertido. El relato abarca los sucesos ocurridos durante más de dos décadas, desde el descubrimiento de la existencia del síndrome pulmonar por hantavirus en la región surandina argentina en 1995 hasta el brote de Epuyén que irrumpió a fines de 2018. En este recorrido se hace especial referencia a algunos eventos claves, como la primera identificación del virus Andes en pacientes de El Bolsón, el brote por contagio interhumano de 1996, el florecimiento masivo de la caña colihue en los parques nacionales de la zona y el mencionado brote ocurrido en Epuyén, provincia de Chubut. Como se aclara en el texto, a diferencia de lo narrado en el resto del relato, en este último brote no tuve participación directa, pero decidí incluirlo a partir de la información de las fuentes oficiales y los aportes de colegas, debido a su importancia en el develamiento del comportamiento del virus Andes, tema esencial de esta historia. Durante el recorrido se comparte los pasos que nos condujeron a identificar una enfermedad “nueva”, el cómo fue investigar en ámbitos no académicos, el papel de los centros científicos de referencia, las variables que influyeron en la generación de vínculos y determinaron redes de colaboraciones, los factores políticos, sociales, económicos y mediáticos interactuantes, las tensiones. A través de la lectura invito al lector a reflexionar sobre algunos temas que aquí asoman, como los procesos que acompañan al descubrimiento de nuevas enfermedades, la lógica detectivesca que se aplica en la epidemiología, el abordaje multidisciplinario que requiere una zoonosis endémica, los dilemas comunicacionales que generan estas situaciones sanitarias o los límites entre el conocimiento científico y popular –“experto vs lego”-. La narración está dirigida a todo público interesado como profesionales, técnicos y estudiantes vinculados a las disciplinas biológicas o ligadas a la salud, docentes que deseen utilizarlo como material disparador, residentes curiosos por conocer historias ligadas a su región, etc. Mi agradecimiento a todas las personas que fueron parte de esta historia, colaborando con generosidad y pasión, haciendo posible los avances alcanzados. Mi gratitud a Luis Lanata y a Eduardo Herrero por su ayuda en la revisión del manuscrito.