Resumen:
Hace algunos años ya y después de haber transitado algunas escuelas como profesor en
historia llego a trabajar a una escuela para jóvenes y adultos ubicada en un lugar populoso de la ciudad de Cipolletti, Provincia de Río Negro. La escuela es el CEM Nº 121, allí desarrollo mi trabajo docente desde el año 2010 abordando los espacios curriculares y segundo año- de Educación Cívica e Historia.
El año 2011 hizo que nos encontráramos en la escuela, un grupo de docentes proveni
distintas disciplinas de las ciencias sociales y con distintas experiencias y recorridos
profesión. En algunos casos nos conocíamos de otras escuelas, de la universidad
estudiado juntos/as- y, con otros/as nos conocimos en ese año.
La tarea docente y el oficio de enseñar nos convocó y fue así que con algunas compañeras nos propusimos reunirnos -de acuerdo a los tiempos nuestras actividades- a planificar, seleccionar materiales, a leer a preparar clases definitiva a pensarnos en nuestras prácticas y a compartir experiencias y saberes -que es es lo que pasa sino los que nos pasa- en nuestra experiencia educativa (Edelstein, 2013).
Durante el proceso reflexivo que fuimos desarrollando quienes teníamos a nuestro cargo los espacios curriculares como historia y educación cívica, comenzamos a pensar, parafraseando a Isabelino Siede (2012) ¿por qué enseñamos lo que enseñamos?, ¿desde qué perspectiva lo enseñamos? ¿para quién lo hacemos?
Estas preguntas no tuvieron respuestas inmediatas pero si nos condujeron a revisar, por
un lado los contenidos con los que trabajamos en la enseñanza de la historia y las
ciencias sociales -de qué forma estaban organizados y por quiénes, a qué currículum
respondían, qué posibilidades de cambios teníamos-; y por otro los libros de textos y
manuales escolares con los que habitualmente se trabajan en las escuelas secundarias y
en particular los que utilizamos en nuestras clases.
El trabajo nos convocaba a pensar en una serie de preocupaciones, entre ellas, que no nos conformaba ni las formas ni los contenidos que ofrecíamos a nuestros/as studiantes.
Comenzamos con una revisión curricular y de nuestras planificaciones de años anteriores (encontramos muchas presencias de historiadores) pero también muchas ausencias (problemas sociales actuales, relevantes,recientes). Continuamos con una primera lectura de los textos escolares que utilizábamos como referencia y pudimos observar que, entre otras tantas cuestiones, “lo femenino” aparecía en términos de potencialidad de desarrollo individual y social subordinado a “lo masculino” en el campo del poder político, económico, social y cultural. Sobre esta diferencia sexual, mujer y varón, los roles asignados a los géneros eran claramente identificables. Constatamos que prevalecían, en estos textos, una serie de elementos subjetivos que imprimen los referentes culturales a la identidad genérica, por lo que esa idea social acerca del ser “mujer o ser varón” representa la construcción de un imaginario colectivo que exige a los géneros ciertas formas de comportamiento social, público o privado (López Luorno; 2004).
Recuperar algunas lecturas sobre esta perspectiva nos amplió la mirada. Pudimos pensar
en algunas estrategias para incorporarla a la enseñanza de la historia y la educación
cívica. Pensar desde esta perspectiva nos lleva a asumir una concepción epistemológica
que se aproxima al análisis de la realidad desde de las miradas de género y sus
relaciones de poder.
En este sentido, el punto de vista de género, en tanto es abordado desde una perspectiva
crítica, va más allá de la diferenciación puramente subjetiva, al marcar a los sexos en el
campo del poder, su utilidad radica en que se permite estudiar para modificar las
relaciones y vínculos jerárquicos/asimétricos entre los sexos. Graciela Morgade sostiene
que “pensar desde el enfoque de género es intentar descubrir cuánto de arbitrario hay en
la posición que las mujeres y varones ocupan en la sociedad”. (2001: 2).
Así nació esta preocupación y que hoy, en el marco de la Especialización en Didáctica de
las Ciencias Sociales, puedo recuperar con la finalidad de sistematizar y producir
conocimiento didáctico para abordar algunos contenidos históricos desde esta
perspectiva.
Por otra y paralelamente al cursado del posgrado, encuentro una oportunidad valiosa para
innovar en la propuesta que me convocó al trabajo y que hoy puedo compartir con
ustedes. Se trata de mi incorporación al proyecto de investigación “Enseñanza y
aprendizaje de la historia y las ciencias sociales en la cultura digital” que desarrollamos en la Universidad Nacional del Comahue, dirigido por la Dra. Graciela Funes. Esta actividad investigativa me habilitó a revisar, pensar y profundizar en algunas dimensiones de las problemáticas que me preocupaban.
Es así como me propuse indagar y analizar, en el marco de los procesos recientes de
nuestra historia, cuál fue el rol o el papel asignado a las mujeres y, en particular, a su
participación en las organizaciones guerrilleras en la década del ‘60 y ‘70 de la Historia
Reciente/Presente (HRP) de la Argentina. Una temática que poco se aborda en la
enseñanza y tiene escaso desarrollo en los textos escolares y el currículum de las
escuelas de jóvenes y adultos.
Si bien últimamente ha aparecido una amplia producción sobre la guerrilla de los ‘60 y ‘70,
en la Argentina, muy poca hace referencia a la participación de las mujeres en este
proceso. Es por ello, y sabiendo de la existencia de algunas de ellas en la región, es que
me propuse hacer entrevistas para poder repensar el periodo, desde las vivencias y
experiencias de las mujeres que integraron alguna de estas organizaciones. La
información obtenida, junto a otras producciones, me permitió pensar y construir una
propuesta didáctica a partir de la utilización de recursos digitales. Es así como el desafío
de producir un dispositivo didáctico para utilizarlo y, ambiciosamente, ofrecerlo como oportunidad para que el profesorado en actividad y en formación se lo apropie como un
recurso mas, para incorporarlo en sus clases, me dio un doble aliento; sabiendo lo que el
desafío implicaría me aboque de lleno a ello. No es, bajo ningún concepto, una “receta”
sino una orientación -siempre abierta a revisiones, ampliaciones- que sirva como punto de partida para el desarrollo de secuencias didácticas que puedan explicar/conocer el
periodo, a partir de la historia de vida de una militante política miembro del Partido
Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP).