Resumen:
El hombre, como el resto de los seres vivos, se encuentra sometido en cierta medida al medio natural que lo rodea. Es precisamente la naturaleza, tanto viviente como inanimada, la que proporciona los elementos necesarios para la existencia de las sociedades humanas. Pero a medida que el hombre y sus actividades socioeconómicas se expanden, la interferencia con la naturaleza y su dinámica son cada vez mayores, lo
cual implica una mayor exposición a ciertos fenómenos naturales.
Uno de los fenómenos naturales que más implicancia ha tenido en el último tiempo en su interacción con el hombre y sus sociedades son las inundaciones, provocando pérdidas al ser humano de toda índole, desde vidas humanas hasta pérdidas económicas. Si bien es cierto que algunos eventos extremos, en particular las
inundaciones, pueden tener un origen natural, en ocasiones el hombre aumenta la peligrosidad de los mismos debido a su accionar (deforestación que aumenta los procesos de escorrentía, impermeabilización del suelo debido al avance urbano, ocupación de la franja de ribera, construcción de represas, etc.).
En el área de estudio a partir de la década del 70, se modificaron drásticamente las dinámicas en cuanto al proceso de urbanización y los usos del suelo, a partir de la creación de los embalses aguas arriba de las principales ciudades. La atenuación de las crecidas por las represas provocó la ocupación de nuevas tierras ganadas en la planicie de inundación del río Limay, para diversas actividades y usos productivos. En los
últimos años el creciente aumento demográfico y la consiguiente presión inmobiliaria fue reemplazando paulatinamente dichas zonas con la construcción de nuevos barrios.
Esta expansión urbana sin planificación genera un aumento en la peligrosidad y por ende del riesgo.
El peligro asociado a las represas es además la posibilidad de su rotura bajo distintos escenarios, que implicarían inundaciones severas y daños de gran magnitud.
En el presente estudio se determinó el riesgo de inundación producido por una crecida del río Limay de 3200 m3/s que tiene un período de recurrencia de 100 años.
Para ello se tomó como información de base las curvas de inundación elaboradas para el Plan de Acción Durante Emergencias (PADE), definidas por la AIC en la delimitación de las líneas de ribera y conexas para los ríos Limay y Neuquén. Se determinaron los distintos usos del suelo en la zona inundable y se analizó la vulnerabilidad de la
población según el criterio de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Con el empleo de un Sistema de Información Geográfica se zonificó el peligro según el criterio de altura de agua durante la inundación y se obtuvo la zonificación en diferentes categorías de peligro. Luego se obtuvieron las relaciones entre peligro y vulnerabilidad para obtener la distribución del riesgo en la planicie de inundación del río Limay.
Los resultados indican que de las 32000 ha de la planicie del valle del río Limay en el tramo Arroyito-Confluencia existen unas 9500 ha que serían afectadas por la crecida de 100 años de las cuales unas 1330 ha, ocupadas por desarrollos urbanos presentan una vulnerabilidad media a alta. Finalmente unas 1691 ha, presentan un
riesgo de inundación medio-alto y alto.
Estos avances permiten sugerir a las autoridades que deben prestar atención en la planificación del desarrollo urbano atendiendo a la probabilidad de crecidas extraordinarias con el potencial de provocar daños irreparables.