Resumen:
El presente escrito tiene como propósito comunicar los resultados obtenidos en el proyecto de investigación “Las relaciones intersubjetivas en instituciones de nivel medio y su vinculación con la construcción del riesgo educativo” (2010-2013), perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad Nacional del Comahue. El objetivo de este proyecto es comprender las condiciones de educabilidad que se generan en la compleja trama que caracteriza la dinámica de la institución escolar. Más específicamente, el foco esta puesto en cómo se configuran y cómo se perciben las relaciones intersubjetivas dentro del establecimiento. La categoría de intersubjetividad es tomado de la teoría socio-histórica de Lev Vigotsky, y en el marco del proceso de investigación fue ampliado y redefinido para poder dar cuenta de la complejidad del objeto de estudio. De esta manera, se conceptualizó la “intersubjetividad pedagógica”, como el “encuentro entre sujetos involucrados en un proceso de construcción conjunta de la subjetividad, situados en un espacio y tiempo escolar determinado” (Castilla, 2013). En este sentido, la intersubjetividad pedagógica favorece a la edificación de condiciones de educabilidad, que permitan afrontar situaciones de riesgo educativo. Cabe aclarar que el riesgo educativo se concibe como un fenómeno que forma parte de un proceso cultural y no en una propiedad del sujeto. El recorte que aquí se presenta comprende los resultados arrojados por el análisis e interpretación de datos que se obtuvieron a partir de la realización de entrevistas a alumnos informantes clave y la toma de la Pareja Educativa en dos cursos del cuarto año de una escuela de nivel medio de la ciudad de Neuquén. En este recorrido se pudo observar que los alumnos, en su tránsito por la escolaridad en sus distintos niveles (al menos 12 años), han construido una representación del vínculo enseñante-aprendiente centrado en una relación asimétrica. Una asimetría que se expresa en dos dimensiones: una espacial o pedagógica (diferentes posiciones) y otra temporal o generacional (diferentes edades). Por otro lado, se evidenció reiterativo y connotado positivamente el uso del verbo “ayudar” para caracterizar la labor docente. Según los datos obtenidos los “buenos docentes”, ayudan a los alumnos con los obstáculos y dificultades que suscita el proceso de aprendizaje. En este sentido, se reconoce en la figura del docente una gran responsabilidad en la generación de condiciones cognitivas y afectivas que promuevan y/o faciliten el proceso de aprendizaje del alumno. En relación a esto, el aprendizaje es posible a partir de dos tipos de entre en relación de inherencia: entre el saber y el no-saber, y entre el alumno y el docente. Lo que se distinguió, sólo a los fines de su análisis, como un entre cognitivo y un entre afectivo o vincular, uno en la relación sujeto-objeto y otro en la relación sujeto-sujeto, uno que implica el qué se enseña y otro que implica el cómo se enseña. Autoridad pedagógica es un concepto que se comienza a vislumbrar a la luz de estos resultados.