Resumen:
El teatro como intérprete de la vida por Osvaldo Bayer
Sí, un sueño, una fantasía. Teatro en Cutral Có. Sí, y ya desde 1934. Hasta hoy, todo construido desde abajo. Por la buena voluntad. El no rendirse ante las lejanías, las carencias, los pesimismos. Cuando uno lee la lista de los autores que se dieron en todos esos años, pues siempre al día. Lo que se daban en Buenos Aires en los principales escenarios se representaba en el salón más apropiado en Cutral Có por actores aficionados, todos empleados en los más diversos oficios, aunque la amplia mayoría venidos por el petróleo. Nunca faltaron actores ni autores. Porque también se estrenaron iniciativas originadas bien desde la base. El debate. La buena voluntad. La voluntad de vivir. El placer de la cultura. El no rendirse ante las distancias y las soledades. En este compendio está toda esa historia. La lista de las obras que se dieron desde el primer escenario que se habilitó con el trabajo de los entusiastas, luego una descripción de los primeros pasos, para llegar a Aitue (“lugar amado”, en mapuche, bello nombre) una experiencia digna del recuerdo en la historia de nuestra cultura teatral. ¿Cómo, en Cutral Có? Sí, y también en Plaza Huincul. Médicos, abogados, maestros, obreros, peones de campo. Todos en el escenario tratando de interpretar qué es la vida, buscando el núcleo que nos provee de ansias, de horizontes, de no quedar detenidos en el tiempo. Aún en esos inviernos interminables. Justo allí demostrar que el ser humano no se rinde, que sigue sus búsquedas.