dc.description.abstract |
El vertiginoso aumento del turismo en áreas protegidas registrado en las últimas décadas, ha provocado impactos ambientales no deseados, siendo una preocupación creciente de los administradores de las áreas protegidas la planificación de las visitas turístico-recreativas. En este sentido, los senderos, vectores de la dispersión de visitantes en áreas protegidas, adquieren especial relevancia en la conservación de las mismas, por ser una alternativa de desarrollo turístico de bajo impacto ambiental y de baja inversión, que pone en valor los recursos naturales y culturales, fomentando la práctica del ecoturismo. Sin embargo, es escasa la información existente y la implementación de senderos en la mayoría de las áreas protegidas.
Los administradores de áreas protegidas, deberían abordar el ambiente como sistema complejo, es decir, como la totalidad constituida por la naturaleza y la sociedad; realizando el diagnóstico ambiental, con énfasis en las interrelaciones entre atributos biofísicos, sociales y administrativos, que construyen la complejidad ambiental del territorio. Por ende, un diagnóstico basado en interrelaciones y dependencias entre atributos que definen el espacio de interés, puede dar una perspectiva integral a fin de mejorar la toma de decisiones, mediante la planificación y gestión de las actividades turístico-recreativas que incluyan explícitamente la complejidad en la construcción de riesgos, con vistas a encontrar soluciones concretas orientadas hacia usos sustentables en áreas protegidas.
El riesgo ambiental es una situación de daño potencial derivada del desarrollo de las comunidades en ambientes naturales frágiles. Se construye socialmente a partir de las decisiones de los actores, evidenciadas en la ubicación de infraestructura en sitios con peligros, con limitada capacidad de acogida ambiental del territorio, y/o a partir de la sobreexplotación de recursos vulnerables a distintas fuentes de amenazas, tanto naturales como inducidas antrópicamente.
La costa patagónica conforma un relieve mayoritariamente escarpado, caracterizado por extensos y rectos acantilados formados sobre rocas sedimentarias en constante erosión marina, pluvial y eólica. Constituyen por lo tanto un sustrato potencialmente inestable, y son a su vez, el soporte de senderos y miradores turísticos, dado que permiten acceder a los mejores puntos panorámicos costeros de la Patagonia. Esta marcada continuidad de acantilados se ve interrumpida en el norte de la provincia de Chubut por ocasionales bahías y planicies costeras de variada extensión; muchas de ellas arealmente restringidas.
La planificación de senderos debe tener en cuenta los objetivos de conservación del área protegida, así como los aspectos sociales y biofísicos del sitio donde se piensa construir el sendero. Esto se aplica al desarrollo de nuevos senderos o al mejoramiento de un sendero existente. Cole (1983) estableció que la planificación deficiente de senderos, <<no la construcción deficiente de senderos ni el nivel de uso>>, es la causa fundamental de impactos ambientales no deseados que son el resultado del desarrollo de senderos.
La tesina indaga sobre la planificación de senderos en acantilados con riesgo de erosión, tomando como caso de estudio el Área Protegida Municipal El Doradillo, por ser un área de alta visita turístico-recreativa, con una vista privilegiada para la observación de fauna marina, donde existen miradores en acantilados de la costa patagónica. |
es_ES |