Resumen:
En el imaginario de gran parte de los docentes, ciertos aspectos del sistema educativo neuquino son considerados como cuestiones naturales, lógicas, obvias, inherentes a cualquier sistema educativo que se precie de moderno. Por ejemplo, las asambleas presenciales que permiten a los docentes tomar horas y/o cargos por listados de manera transpa- rente, sin necesidad de tener ningún tipo de vínculos o de contactos con sectores del poder político se presenta como algo elemental. Similar pensamiento puede transmitirse a la confección de los listados por asignaturas y/o cargos, donde los docentes están ubicados por orden de jerarquía -de acuerdo a sus propios méritos- y no por alguna estrate- gia de beneficio personal ilícito. El título, la capacitación, la antigüedad son los elementos que permiten ubicar a los trabajadores de la educación en un listado de acuerdo a un puntaje predeterminado, más allá de la identificación partidaria, religiosa, etc.. La presencia de representan- tes gremiales en el Consejo Provincial de Educación (CPE), elegidos por los docentes en elecciones democráticas, es otro de los aspectos que se consideran como naturales. Pero al igual que la jornada laboral de 8 horas, las vacaciones pagas - entre otras- estas condiciones de ingreso a la docencia son conquistas de los trabajadores y su organización, y no concesiones de la patronal. Los estándares alcanzados hasta hoy se lograron mediante conflictos de mayor o menor intensidad a lo largo de la corta pero rica historia de ATEN, tratando de mejorar las condiciones laborales de los docentes en todos los aspectos posibles: salariales, edilicios, etc., incluyendo una férrea defensa de la educación pública en general. Considerar como naturales las actuales condiciones laborales hace que muchos docentes incorporados recientemente al sistema tengan una percepción simplificada del sindicato, de sus metodologías y sus logros. Haciendo contacto con un importante sector de la sociedad, muchos docentes nuevos -y otros no tanto- consideran que el sindicato y su estructura solo sirve para “hacer paros y cortar rutas”, desconociendo así las conquistas sindicales, muchas de ellas conseguidas mediante los métodos que descalifican. Hacer referencias a la organización del sindicato en particular tiene sus connotaciones especiales. La toma de decisiones mediante la par- ticipación de los docentes en asambleas es una de las mejores -sino la mejor- manera de hacerlo democráticamente. Es una primera instancia de lucha, donde los docentes pueden expresar sus posiciones, proponer medidas y votar de manera directa lo que están dispuestos a hacer ante las diversas situaciones que se le presentan a la organización. Los dirigentes son elegidos por un período determinado, pero las decisiones las toman las bases a través del voto directo en las asambleas que se desarrollan en cada una de las seccionales. Esta manera de decidir fortalece las acciones acordadas ya que cuentan con el consenso de quienes participan en esa instancia. Por lo tanto, mientras más docentes estén presentes en las asambleas, más fortalecidas serán las deci- siones tomadas en ellas. Nada es casual. Ninguna mejora en las condiciones laborales de los trabajadores se obtiene como consecuencia de favores o concesiones gratuitas de la clase dominante. Por ello es importante -y hasta quizás necesario- que se conozca, al menos de manera sintética, la historia del sindicalismo en general y, en este caso, del sindicato docente neuquino en particular.