Resumen:
Los estudios sobre partidos provinciales no han sido muy abundantes en la
historiografía política argentina. Por lo general, los investigadores se han inclinado a estudiar los procesos de formación de los partidos políticos de implantación nacional, tales como la Unión Cívica Radical (Persello, 2004; Persello, 2007) y el Justicialista (Di Tella, ; Del Campo, 2004; Mackinnon, 2002), y en menor medida el Socialista (Camarero y Herrera, 2005). Con el propósito de introducir matices a esos estudios, otros trabajos enfocaron la construcción de los partidos nacionales desde una mirada regional, intentando dar cuenta de las particularidades que cada uno asumió en relación a la especificidad de sus contextos (Tcach, 1991; Lacoste, 1994; Kingard, 2001; Melón Macor y Tcach, 2003; Rafart y Mases, 2003; Pirro y Quiroga, 2006). Sin embargo, más allá de las diferentes perspectivas de análisis empleadas, la atención dispensada al estudio de los principales partidos políticos parece estar guiada por el supuesto de que los sistemas de partidos tienden hacia una progresiva nacionalización que se desarrolla en paralelo a la modernización de la sociedad. De acuerdo con esta imagen, mientras que en el siglo XIX la política argentina se había desarrollado en términos provinciales y sin un verdadero sistema político nacional, la llegada a la democracia de masas –ella misma producto de la modernización capitalista de la economía- conduciría a los escenarios políticos regionales hacia una creciente convergencia en términos de los discursos, las identidades y las prácticas políticas.