Resumen:
El Alto Valle del río Negro en el norte de la Patagonia, históricamente expresó la tensión global-local, ya que desde principios del siglo XX, la actividad frutícola se orientó a la exportación. La imbricación en la larga duración de estos espacios relacionados con la migración y el trabajo en la fruticultura permite mostrar la complementariedad de territorios para la producción y territorios para la reproducción. Este artículo indaga en la complejidad de las relaciones de los trabajadores con múltiples agentes y en la construcción social de territorios que permiten la reproducción de la fuerza de trabajo, en este caso particular los trabajadores migrantes rurales. Como investigadoras hemos analizado las características que asume el trabajo rural en el Alto Valle de Río Negro en las últimas décadas, desde los espacios construidos por los propios asalariados del mercado de trabajo de la fruticultura, quienes a lo largo de trayectorias migratorias y laborales desplegaron múltiples prácticas orientadas a garantizar su reproducción en cuanto grupos sociales. Las modalidades de territorialización construidas por los trabajadores rurales y sus familias han acompañado desde las primeras décadas del siglo XX, las transformaciones del sistema productivo vinculado con la actividad frutícola. En este sentido, partimos de enfoques que conciben a los trabajadores no solo como sujetos económicos en sus lugares de trabajo, sino como activos actores sociales cuya reproducción se dirime dentro y fuera de los espacios productivos.