Resumen:
La polémica entre (os idealistas e historicistas por un lado y el objetivismo de los positivistas, por el otro que tiene lugar a partir del siglo XIX y que se halla vinculada con, otras importantes discusiones - por ejemplo: la de la libertad verus la necesidad y la de la clasificación de las ciencias en ideográficas y nomotéticas frente a la unidad del conocimiento científico postulada por el positivismo (1) - cobra una modalidad novedosa que la carga de nuevos ímpetus a comienzos de la quinta década de nuestro siglo. A casi cuarenta años de iniciada la nombrada polémica con la publicación deí artículo de Carl Hempel (2) apuntamos su esfuerzo y el de sus seguidores en la vieja tradición positivista de unificación metodológica (3) que en este caso postula la vigencia del modelo deductivo-nomológico de explicación para la historia que involucra leyes inclusivas. Según esta postura los fenómenos singulares, ya sean históricos o no, adquieren el status de explicados sólo si pasan a formar parte de un cuerpo legal en eí que se insertan deductivamente, A estas afirmaciones se contraponen ¡as de Wiliiam Dray y sus adherentes en diversos grados y matices, a los que podemos señalar como continuadores de la tradición idealista-historicista, ya que colocan ei acento en el aspecto unitario de los acontecimientos hitóricos (4), La idea de Dray es que el concepto de explicación debe considerarse corno pragmático y no como de tipo fundamentalmente sintáctico-deductivo a la manera en que lo hace Hempel.