Resumen:
En el marco de la investigación sobre la formación del público lector en el Río de la Plata entre 1860 y 1900, comienza a desplegarse una resistencia al diseño hegemónico (Echeverría 2000). Este gesto de supervivencia de sectores subalternos, del mestizaje colonial original y del producido por la inmigración de la segunda mitad del siglo XIX, surge como respuesta a la contradicción que el proyecto representa para su vida. Trama un diálogo con los medios gráficos de la prensa que refieren la vida cotidiana y de las evidencias del conflicto que esa modernidad traduce en sus demandas de alineación de subjetividades para su realización. La producción será resultado de la “pluralidad de lógicas de comportamiento y de las contradicciones entre ellas” que apenas se asoman a la novela naturalista, pero desafían a pensar en un modo de ser alternativo y de consistencia barroca en las propuestas para el circo, para los cafés y los retablos populares. Este nuevo proceso tuvo características diferentes al del contexto mesoamericano y en el andino. La relación con la lengua no fue problemática sino hasta el XX, aunque en sentido diferente. Estos otros canales para la ‘lectura’, en particular el teatro popular, van a ofrecer la posibilidad de comprender el modo en que esa cultura fuera configurándose, sus claroscuros, sus zonas no exploradas. Este proceso se dio, sin lugar a dudas, como contracara de aquello que quedó manifiesto en los diseños para educación y en sus materiales. Para conocer la dinámica del mismo, es preciso conjurar la complejidad del proceso de las culturas y de las identidades.