Resumen:
La Cátedra de Taller Agrícola de la Facultad de Ciencias Agrarias de la U.N.Co tiene desde sus inicios como objetivo principal, preparar a los alumnos de las Ciencias Agrarias en la formación académica a través de prácticas activas, siempre dentro de un marco contextual, como lo puede ser una producción agrícola determinada, y el conjunto de modificaciones consecuentes en las relaciones que se establecen en el Sistema Planta-Suelo-Clima. Es decir, que una parte de dichos contenidos, trabajados en la modalidad de Taller durante el cursado, son perfectamente
aplicables a los Programas agropecuarios de autosustento, diferenciándose solamente en el nivel teórico de apoyatura a
dichas prácticas, y en las modalidades de aplicación.
En ese contexto y buscando adaptarse al medio, muchas veces poco favorable para desarrollar las tareas inherentes a la producción, por el hecho de no contar con los recursos económicos y de infraestructuras necesarios, es que
revalorizamos desde la Cátedra, la actitud de superación que se puede generar a través de la recreación de herramientas e infraestructura en forma artesanal, apelando muchas veces a elementos y materiales que han dejado de ser útiles para lo que originalmente fueron diseñados y reutilizarlos en aquellos
elementos que nos faciliten nuestra tarea de campo.
La filosofía del “hacer bien lo que se puede, utilizando mejor lo que se tiene” es lo que nos ha impulsado en estos años a generar y proponer tecnologías sencillas destinadas a pequeños agricultores para tender a un desarrollo agropecuario mas auto gestionado y menos dependiente de recursos externos.
En ese sentido nos parece importante mencionar el rol que pueden cumplir la articulación de instituciones educativas estatales creando una verdadera construcción colectiva del conocimiento a través de la difusión de estas ideas tecnologías entre los actores interesados; y por otro lado, a su vez mejorando
el papel dinamizador que les toca como protagonistas claves de la estructura de soporte en los procesos de innovación tecnológica y de creación y desarrollo de nuevos procedimientos productivos. Es por ello que adherimos fervientemente a lo que manifiestan Gaitán Arciniegas y Polan Lacki en su “Modernización de la Agricultura , los pequeños también pueden”, cuando
expresan “...para que las familias rurales lleven a la práctica este modelo, se requiere que el Estado genere y difunda innovaciones tecnológicas; es lo mínimo que el Estado puede y debe hacer en pro de todos los agricultores”.
Es por todo lo expuesto anteriormente lo que nos motivo a realizar esta publicación a modo de guía ilustrada, y poder a través de ella socializar una serie de eventos que venimos desarrollando a lo largo de los últimos años en la búsqueda de pequeñas tecnologías que puedan ser de utilidad para contribuir
al mejoramiento de las actividades productivas de los pequeños agricultores. Estas tecnologías apropiadas o de ayuda como la definen innumerables especialistas del área de la sociología rural pueden adoptarse sin la necesidad de la obtención de créditos o de importantes gastos dinerarios, si no que muchas veces se pueden modernizar o mejorar las actividades a partir de lo
que se tiene. Como muchas de las cosas que hoy queremos mostrar hace rato han sido inventadas y como dice el dicho popular “... no hay nada nuevo bajo el sol”, es por ello que no pretendemos acercar novedades ni originalidades ingeniosas, sino tan solo mostrar que se pueden recrear, entre otras cosas con parte de elementos descartados y descartables, muchas herramientas que de otra manera deberían adquirirse en el comercio con el lógico y esperable costo, muchas veces prohibitivo para la realidad socioeconómica de los pequeños
agricultores.
Finalmente quiero expresar mi agradecimiento a todos aquellos que de una manera u otra me alentaron a la realización de esta publicación, que tiene la sola pretensión, la de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las personas que habitan la región, especialmente en las áreas rurales de la norpatagonia.
Por último quiero dejar expresado mi reconocimiento a tres profesionales que la vida me permitió conocer y que ya no están con nosotros, con quienes no sólo supimos compartir la misma pasión por la producción agropecuaria, sino que generosamente me brindaron su experiencia y amistad.
Por todo ello vaya mi permanente recuerdo y agradecimiento a los Ingenieros Agrónomos Amílcar S. Suárez; Vicenzo Trabia y Alberto J. García.