Resumen:
En este artículo analizamos algunas manifestaciones estéticas en la disputa por el sentido de la identidad neuquina, o neuquinidad, surgidas a lo largo de casi cincuenta años: desde la provincialización de Neuquén hasta el escenario posterior al asesinato del profesor Carlos Fuentealba, ocurrido en 2007. Al examinar las poesías escogidas, observamos que corresponden a tres modalidades de la neuquinidad y proponemos una periodización para definir cada momento y cada forma identitaria. Así, describimos una neuquinidad
primitiva, expresada en “Neuquina” (1956), de Irma Cuña, y examinamos la pugna entre una neuquinidad oficial –plasmada en “Regreso al ayer” (1981), de Marcelo Berbel– y una neuquinidad que surge desde los márgenes: la neuquinidad alternativa o contestataria, retratada por Héctor Kalamicoy en “Introducción a un feo lugar” (2008). Decimos, en definitiva,
a) que la neuquinidad primitiva corresponde al momento constituyente y configura un enclave utópico de armonía social;
b) que la neuquinidad oficial, gestada desde el Estado, ya sea bajo gobiernos dictatoriales o del Movimiento Popular Neuquino, expresa una identidad reaccionaria, articulada en la lucha contra el
enemigo no-neuquino; y
c) que la neuquinidad contestataria, ligada a una “contra-cultura de la protesta”, representa una posición de clase y se manifiesta como horizonte antisistémico.