Resumen:
La reestructuración económica internacional en curso, producto de la crisis de expansión del capitalismo, es un eje indispensable para la comprensión de los fenómenos regionales, y puede caracterizarse sintéticamente con las palabras de E. Laurelli y J. Linden-boim: "...se asienta en un proceso de continua centralización del capital, de aceleración de la utilización de los avances científico-técnicos, de mayor participación de los Estados en asociaciones supranacionales; de fortalecimiento de grandes grupos económicos locales; de intensificación de los lazos dependientes de nuestros países con los países capitalistas centrales dentro de los cuales se destacan los efectos del endeudamiento externo; la difusión de políticas de ajuste, básicamente asentadas en orientaciones neoliberales."En este marco, el rol del Estado ha cambiado fundamentalmente su perfil en América Latina, a partir de la "imposición de una imagen antiestatista y la aplicación de medidas que achican, degradan y desmembran el aparato estatal en tamaño y atribuciones" (¡bidem) a diferencia del papel regulador y de control social que mantiene e los países centrales, especialmente de Europa occidental, y la tendencía a un mayor intervencionismo que se está dando en Estados Unidos.